Asaltar el quicio de mi puerta en sueños,
soñar
despojada de cadenas sobre la tierra,
bailar
desnuda sobre los tejados de zinc
caliente,
desnudar
las miradas que me devoran y juzgan,
mirar
de frente a la muerte de la libertad,
de los deseos,
liberar
las espinas que por cien años adormecen
mi pecho,
soñar
que soy, ni más ni menos.
Yolanda Fuertes
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