Vuelvo abierta en
canal, eviscerando quimeras por el envés.
Vuelvo consciente de la tibieza, que me
quema la piel.
Vuelvo insomne, cruzando el alambre sin red.
Vuelvo desnuda de mediocridades,
sin trampa ni doblez.
Vuelvo huérfana de mentiras cálidas, que acariciaban mi
piel.
Vuelvo vacía y no sé por dónde empezar a saciar mi sed.
Vuelvo recién
parida pero no sé de qué, o quién.
¿Vuelvo niña o vuelvo mujer?
Vuelvo, vuelvo,
vuelvo y no sé si quiero volver.
Vuelo, vuelo, vuelo sobre el camino de
baldosas amarillas con alas en los pies.
Yolanda Fuertes
¡Ya te atreves hasta con la poesía! Esto no hay quién lo pare... Un beso. Marcos.
ResponderEliminarHola, estoy dando una lectura a las propuestas de poetas vivos de Zenda y queria comentarte que me encanto tu poema, mucho sentimiento; sigue asi!.
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